Por motivos obvios de universidad y demases, con yUi hemos estado un poco desaparecidas de las redes... lo cual nos hace tener más historias estúpidas y chistosas...
Pero la de hoy no es ni tan estúpida ni tan chistosa...
Con todo este frío que ha hecho en la capital, ni yo ni Plutón somos suficientes para mantener el calor corporal... Claro yo no estoy a favor de los escaldazonos ¿por qué se preguntarán? Super simple... yo.. babeo cuando duermo... Plutón también... y típica estai en la cama tomándote un tesito y zass!!! se te cayó encima y te electrocutaste de lo lindo. Así que prefiero re morirme de frío antes de sufrir una muerte con harto frizz...
Y bueno... como decía, el frío, claro uno dice el invierno es el mejor momento para tener una pierna peluda al lado calentándonos la pancita, pero este año y por motivos personales he decido que quiero estar soli... si sola (no soltera, no confunda, si también estoy soltera), por un tema de introspección estúpida que mis amigas me felicitan. Así que la opción de un macho recio en mi cama están completamente nulas -bueno de vez en vez nunca hace mal, pero no de tiempo completo-. Por ende damos paso a los recuerdos... Y no!, no de otro mashito que nos dejo loquitas en algún momento, sino de mis adorados amigos felpudos...
Hace año y medio ya que en casa en vez de ser tres felinos -yo mamá felina, Plutón y por ultimo Melón- somos dos solamente ahora, pues de un día para otro Melón desapareció de la faz de las cercanías de mi hogar.
Recuerdo que se daba paseos de tres días como si nada, luego volvía feliz a acostarse conmigo y regalonearnos a Plutón y a mi. Solía ser mi guatero personal, el pequeñin se metía adentro de mi cama y dormía estirado al lado mio -aun no entiendo como nunca lo aplaste!- y despertaba donde mismo o en mi almohada -donde se ponía cada vez que le daba calor- y así era, salía a caminar con mi perro, me iba a encontrar en la entrada, era bastante regalón e independiente, pero también chillón y muy tontito...
Cuando no tenía más de un mes, salió por debajo del portón llendo directo a la casa de mi vecina -tenía una Doberman- y pasó lo obvio, la hermosa perrita lo agarró y casi lo mata, me lo devolvieron totalmente asustado apenas caminaba y con una costilla hundida sobre su pulmón -por suerte no se lo perforó- agradecía el hecho de que sus huesitos todavía eran cartílagos, ya que gracias a eso su costilla volvió al mismo lugar. Una pensaría que los animales no tropiezan dos veces con la misma piedra... FALSO, este pelotudito seguía intentando meterse a la casa de la Doberman para claro, ser amigos... -tan tarado-
El pobre animal era un chiste, quizás un poquito tonto, quizás más que un poquito, pero era ese anima que te alegraba, porque sonreía -si, sonreía- al verte llegar después de un día de pega o u.
En fin, este post es para él, donde quiera que este, espero que esté mejor... Y todavía nos acordamos de él.
-MadCatt
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