Desde mi infancia más lejana -y no tan lejana, tampoco soy una tata- me he llevado mejor con los animales que con cualquier intento de ser humano que he conocido. En efecto aquellos seres bípedos con los que me he llevado bien generalmente son aquellos que tienen una percepción muy parecida a la mía. Recuerdo no tener más de 5 años y decirle a mis padres que odiaba a los seres humanos, que ser cualquier animal no bípedo -si chiquillos, los seres humanos son también animales pa'l que no sepa-, hubiese sido mejor, ellos me miraban extrañados y pseudo orgullosos -opinan muy parecido a mi-, y yo continuaba, de que de mayor sería millonaria -cosa que sigo manteniendo-, algo difícil estudiando lo que estudio, pero decía que compraría una casa en la costa, otra en el cerro y otra en el campo, y otra para mi -todas las anteriores para mi familia y padres, teniendo en cuenta en ese entonces que probablemente ellos se separarían a pesar de lo bien que se llevan. Y sí, hasta hoy mantengo es